Está indicada en trastornos severos articulares principalmente de hombro, cadera y rodilla. Se puede realizar algún procedimiento de mínima invasión dependiendo de la severidad.
En casos severos de desgaste articular con limitación de arcos de movilidad y dolor se recomienda plantear una cirugía.
Cirugía con mínima invasión = Máximo beneficio
Acude siempre con médicos ortopedistas calificados y certificados para realizar este tipo de procedimientos.
La cirugía por mínima invasión, ha venido tomando un gran auge en los últimos años, siendo el objetivo, lograr mejores resultados, con incisiones más pequeñas, obteniendo así una recuperación más pronta, reincorporación a la vida cotidiana más temprana, menor riesgos de infección y estéticamente hablando cicatrices pequeñas.
El advenimiento de nuevos avances tecnológicos, como son la artroscopia, los microscopios de alta resolución y la fluoroscopía, son herramientas que nos han permitido ir avanzando en este terreno tan amplio como lo es la mínima invasión.
Sin embargo, estas técnicas requieren de un entrenamiento especializado en el área, pues exige un alto conocimiento anatómico, técnico y contar con la experiencia necesaria para obtener altas tasas de éxito.
Cirugía de Reemplazo Articular de Cadera y Rodilla
Prótesis de rodilla. ¿Quién necesita una cirugía de Reemplazo de la rodilla?
Aproximadamente el 2% de la población mayor de 55 años tiene lesiones artrósicas de la rodilla que pueden requerir un tratamiento quirúrgico.
Al cirujano ortopédico le interesará evaluar si su caso se puede beneficiar de un tratamiento quirúrgico. Son aspectos de interés para el cirujano:
La intensidad del dolor:
- ¿Le impide el dolor dormir por las noches?
- ¿Uso de otros tratamientos más sencillos para alivio de sus síntomas?
- ¿Cuanto tiempo puede caminar?
- ¿Cuáles son sus expectativas en relación a la intervención?
- ¿Está usted en condiciones de soportar el procedimiento anestésico y quirúrgico?
- ¿Es usted demasiado joven para realizarse una sustitución protésica de la rodilla?
Si el dolor de su rodilla es moderado, lleva una actividad sin limitaciones especiales o no ha intentado medidas más sencillas como los analgésicos, las rodilleras, infiltraciones o los procedimientos artroscópicos (lavado articular artroscópico), no es un buen candidato para la sustitución protésica de la rodilla.
La evaluación ortopédica consiste en varios componentes:
- Un historial médico, en el que su cirujano ortopédico reúne información acerca de su salud general y le pregunta sobre el alcance del dolor de su rodilla y su capacidad para funcionar.
- Un examen físico para evaluar el movimiento, la estabilidad y la fortaleza de su rodilla y la alineación general de la pierna.
- Mala alineación de las rodillas.
- Rayos-X a fin de determinar la magnitud del daño y la deformación en su rodilla.
- Pruebas de sangre.
- Artrosis con deformidad en Varo de la rodilla Prótesis Total de Rodilla Rotatoria
Expectativas realistas acerca de la cirugía de reemplazo de rodilla
Un factor importante a la hora de decidir someterse a una cirugía de reemplazo total de rodilla es entender lo que este procedimiento puede y no puede hacer.
Más del 90 por ciento de las personas que se someten a un reemplazo total de rodilla experimentan una reducción dramática del dolor y una mejora significativa de la capacidad de llevar a cabo actividades comunes de la vida diaria. Pero el reemplazo total no lo convertirá a usted en un superatleta ni le permitirá hacer más de los que podía antes de desarrollar la artritis.
A continuación de la cirugía, se le advertirá evitar algunos tipos de actividades por el resto de su vida, como correr y hacer deportes de alto impacto.
Con el uso y la actividad normal, cada reemplazo de rodilla desarrolla cierto desgaste en su amortiguador plástico. El exceso de actividad o de peso puede acelerar este desgaste normal y provocar que el reemplazo se afloje y cause dolor. Con las modificaciones apropiadas a las actividades, los reemplazos pueden perdurar por muchos años.
Preparándose para la cirugía
Evaluación médica
Si usted decide someterse a una cirugía de reemplazo total de rodilla, se deberá realizar algunas pruebas preoperatorias como muestras de sangre, un electro-cardiograma y una muestra de orína para ayudar a su cirujano ortopédico a planear la cirugía.
Donaciones de sangre
Es posible que le pidan donar su propia sangre antes de la cirugía. Esta será almacenada en caso de necesitar una transfusión después de la misma.
Medicamentos
Dígale a su cirujano ortopédico si está tomando cualquier medicamento. El le dirá cuáles debe dejar de tomar y cuáles debe continuar tomando antes del proceso.
Planeamiento social
Aunque usted será capaz de caminar con muletas o un caminador casi inmediatamente después de la cirugía, necesitará ayuda durante varias semanas con ciertas actividades, como cocinar, ir de compras, bañarse y lavar la ropa.
Su cirugía
Lo más probable es que será admitido en el hospital el mismo día de su cirugía. Las clases de anestesia más comunes son, anestesia general, en la que estará dormido durante el procedimiento y anestesia raquídea, en la que estará despierto durante la operación pero sus piernas estarán anestesiadas. Con la información que usted provea, el equipo de anestesia determinará qué tipo de anestesia será la más apropiada en su caso.
El procedimiento como tal tarda aproximadamente dos horas. Su cirujano ortopédico eliminará el cartílago y el hueso dañado, y luego colocará una nueva superficie de articulación de metal y plástico a fin de restaurar la alineación y el funcionamiento de su rodilla.
Actualmente, se utilizan diferentes clases de diseños y materiales en la cirugía de reemplazo total de rodilla. Casi todas consisten en tres componentes: el componente femoral y tibial (fabricado de un fuerte metal altamente pulido), el inserto que está entre el componente femoral y tibial (fabricado de un plástico duradero, Polietileno de ultra alto peso molecular), y el componente patelar (también plástico).
Después de la cirugía, usted será trasladado a la sala de recuperación, donde permanecerá durante una o dos horas mientras se controla su recuperación de la anestesia. Después, será llevado a su habitación en el hospital.
Estadía en el hospital
Lo más probable es que permanezca en el hospital durante algunos días. Después de la cirugía, sentirá algún dolor, pero se le proporcionarán medicamentos para ayudarle a sentirse lo más cómodo posible. Es importante caminar y mover la rodilla para su recuperación. Ambas actividades comenzarán inmediatamente después de su cirugía.
Se le indicará mover el tobillo y el pie inmediatamente después de la cirugía para aumentar el flujo de sangre hacia los músculos de la pierna, lo que ayudará a prevenir la hinchazón de la pierna y los coágulos. La mayoría de los pacientes comienzan a ejercitar su rodilla el día después de la cirugía.
Posibles complicaciones después de la cirugía
Trombosis venosa profunda: Es la más común, se produce por el enlentecimiento de la circulación venosa en la pierna, formándose coágulos que tapan las venas.
Tromboembolismo pulmonar: complicación de la anterior, por desprendimiento de un coágulo. Rara pero puede ser fatal.
Infecciones: Menos frecuentes. Se previene las mismas con antibióticos después de la cirugía.
Su recuperación en casa
El éxito de su cirugía también dependerá de lo bien que usted siga las instrucciones del cirujano ortopédico en el hogar durante las primeras semanas después de ser operado.
Cuidado de la herida
Usted tendrá puntos colocados por toda su herida. Los puntos serán eliminados algunas semanas después de la cirugía.
Es común que experimente cierta pérdida del apetito durante varias semanas después de la cirugía. Es importante llevar una dieta balanceada, casi siempre con un suplemento de hierro, para promover la sanación apropiada del tejido y restaurar la fortaleza del músculo.
El ejercicio es un componente esencial del cuidado en el hogar, principalmente durante las primeras semanas después de la operación. Usted debe ser capaz de realizar la mayoría de las actividades normales de la vida cotidiana a las tres o seis semanas después de operado. Aunque es común sentir algún dolor con la actividad y por las noches varias semanas después de la cirugía. Su programa de actividades debe incluir:
- Un programa gradual de caminatas para aumentar poco a poco su movilidad, inicialmente en la casa y después en exteriores.
- Otras actividades normales del hogar, como sentarse o ponerse de pie y subir o bajar las escaleras.
- Ejercicios específicos varias veces al día que restauren el movimiento y fortalezcan su rodilla.
Usted probablemente será capaz de hacer los ejercicios sin ninguna ayuda, pero un fisioterapeuta puede ayudarlo en casa o en un centro para terapias las primeras semanas después de operado.
Por lo general, puede comenzar a manejar cuando su rodilla se doble lo suficiente como para entrar y sentarse confortablemente en su auto y cuando su control muscular le brinde el tiempo de reacción adecuado para frenar y acelerar. La mayoría de las personas pueden manejar a las cuatro a seis semanas después de la cirugía.